viernes, 11 de noviembre de 2011

De Tanto, De Aquello II

Te llamaría amiga,
Pero estás más cercana
A la vereda de mis palpitos
Que al desván de mi razón.

En ese nido de dones
Y despertares vespertinos
Sin obedecer a la noble
Ventura de la vigilia.

Me salvará el olvido
De fenecer en tu recuerdo,
Como filos de espadas de un lucero
Que se alivia en la sombra
Desde su prado de brillos.

Nuestro abrazo será
Un efugio inútil por juntarnos.
La luz nos ha despreciado
En el abandono de la noche,
Al asomarse el alba
Volveremos a ser los otros
En nuestra diferida soledad.
 
Por que en la íntima persiana de los besos
No se asomarán nuestros labios,
En esta tarde cercana a la arcada acerada
De los venideros resabios.

Porque este amor enajena
Nuestra amistad deleitosa.
Si te amaría, le daría vida
A tu atuendo de enemiga,
Resumiendo tanta dicha
Y placer compartido,
A mirarte solo como una amiga,
Como tantas de aquellas
Que en verdad no amo.

Kevin Bello Parada 

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