Hoy extrañamente desperté pensando en ti. La ciudad gritaba tan alto tu nombre que mis pasos tomaron el mismo camino que tantas veces recorrí, casualmente a la misma hora que solía hacerlo.
Los recuerdos se agolparon en mi mente y una vez más fui conciente de porque te amaba con tantas fuerzas. El cielo se nubló por un momento y la melancolía perfumó el ambiente con el aroma a pasado que me seduce y me tienta pero al que constantemente le huyo.
Extrañé detenerme en el lugar de siempre y que me recibieras con el abrazo, el beso y la sonrisa de bienvenida acostumbrados... Casi pude sentir el olor de tu shampoo en tu cabello recién lavado y tu gata inoportuna paseandose entre mis piernas. La sonrisa... sonrisa de niño que aún logra enternecerme; la mirada... pícara y seductora incitándome a correr a tus brazos.
Realmente te extraño en días como hoy en que todo parece hablarme de ti, sonrio ante las reminiscencias y al notar de nuevo que tu nombre es el más común de todos, que me persigue a todos lados o que mi mente me juega trucos haciendo que te vea donde quiera que mire.
En días como hoy, me permito disfrutar del aroma para revivir la sensación de tenerte conmigo y finalmente, cuando sale el sol de entre las nubles y el olor se dispersa, te dejo ir de nuevo a donde perteneces, con la misma convicción del día en que te dije adiós pero sin olvidar que vendrán más días como este, en los que de vez en cuando te sentiré a mi lado y admitiré que tal vez el olvido no aplica para quien fue mi más grande amor.
"Yo se que nunca habrá un consuelo que me aleje de quererte si he sabido qué es amarte... Solo queda tu reflejo y ya no puedo ni tocarte, voy a extrañarte para siempre porque jamás podré olvidarte".
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