Sentía el cosquilleo en todo el cuerpo, el vacío en el estomago y el beat acelerado que me produce sentirte cerca. Me recosté en tu regazo y mis dedos nerviosos jugaban con tu cabello, que cubría mi rostro haciéndome sentir en la burbuja que nos aísla del mundo.
Tu nariz rozaba la mía y no podía mirarte a los ojos, los míos brillaban como faros y te gritaban demasiado fuerte. Deseaba tocar tus labios con los míos pero mi mente era un torrente de ideas que iban y venían y mi cuerpo no respondía ante mi más profundo deseo. Me preguntaste por qué pensabas tanto; entonces sonreí y respondí, mitad para mí misma y mitad para ti “por lo mismo que yo lo hago”.
El magnetismo contra el que luchábamos iba venciendo nuestra resistencia pero algo nos distrajo y perdimos los impulsos. Fue la primera vez que compartimos nuestra frustración sin temor alguno.
En algún punto de esa noche retomamos nuestra manía de desconectarnos del mundo. Volvimos a estar cerca y tu voz se apoderó de mis sentidos. Cerré los ojos en un intento vano de no delatarme pero mis sentimientos parecían dibujados en mi piel… Mis mejillas estaban rojas y busqué refugio en tu cabello, como tantas otras veces me había escondido en el.
Sin embargo, me sentía cansada de esconder algo que pedía a gritos ser liberado; los beats eran cada vez más fuertes y de repente, mi mente se perdió en el silencio, mi rostro buscó el tuyo y tus labios encontraron los míos. Me sentí en caída libre, me sentí flotar en medio de la nada, sentí que ardía todo en mi interior y que fluían nuestras energías por cada nervio del cuerpo y mis temores, irónicamente, desaparecieron… Pensé que quizás así se siente morir en paz y no me importaba morir en tus labios esa noche donde empezó todo, pues sentía tenerlo todo en medio de la nada.
Han pasado muchas noches desde entonces… pero cuando tengo tu rostro dibujado en mi cabeza y recuerdo el camino que nos ha traído hasta aquí, los beats siguen acelerados y fuertes, mi estomago se siente aún con el vacío típico de la montaña rusa, la sensación de volar y ser libre entre tus brazos, el cosquilleo de mi cuerpo no cesa y la electricidad que recorre mis nervios cuando siento tu energía sigue recorriéndome…Sigo nerviosa cuando voy a tu encuentro, se ilumina mi vida cuando te veo llegar y me siento tan torpe cuando estoy contigo! Anhelo ávidamente tu presencia, siento cada beso tan sublime como el primero pero a la vez tan nuevo y diferente; el mundo sigue esfumándose cuando nos apetece y mis sensaciones se intensifican cuando te siento tan cerca.
La mayor frustración es sentirlo todo y no encontrar las palabras adecuadas para describirlo… Hago pausa por momentos para asimilar si es real lo que vivimos o nos sumergimos en otra dimensión o alguna clase de país de las maravillas, hasta que aterrizo y asimilo que eres lo más real y verdadero que he conocido.
De mi boca solo tengo infinidades de Te amo que nombran pobremente esta amalgama de tantas cosas; de mi cuerpo y de mi alma, los que solo lees claramente tu, tienes la infinita gama de sentimientos, emociones y sensaciones que me embargan y me hacen sentir viva. Son todos por ti y para ti.
Irremediable e inevitablemente, Te amo.
"You’re the words
When I have nothing to say...
And in this world
Where nothing else is true,
Here I am
Still tangled up in you.
When I have nothing to say...
And in this world
Where nothing else is true,
Here I am
Still tangled up in you.
How long has it been
Since this storyline began
And I hope it never ends
And goes like this forever..."
Since this storyline began
And I hope it never ends
And goes like this forever..."
Me gustó bastante tu escrito. No se a quién carajos se le ocurrió decir que escribir clichés era malo o peor aun, por qué terminamos creyéndolo. Expresar los sentimientos -en la realiad o en la ficción- es un acto de valientes.
ResponderEliminarGracias por tu comentario ^^... de hecho no se si suena como cliché o no, pero si, es lo q sentí.
ResponderEliminar